¡Las alegrías nos da alas! En momentos de alegría nuestras fuerzas son mayores, nuestra inteligencia más sutil y nuestra comprensión menos nublada. Nos sentimos más capacitados para entendernos con el mundo y encontrar nuestra esfera de utilidad. Pero cuando la tristeza nos invade nos volvemos débiles, nuestras fuerzas nos abandonan, nuestra comprensión, se oscurece y nuestra inteligencia se vela. Las realidades de la vida parecen eludir nuestra comprensión, los ojos de nuestro espíritu no aciertan a descubrir los misterios sagrados, y nos convertimos casi en seres muertos. (Abdul-Bahá).
“Nunca estéis deprimidos”.
“No es deseo de Abdul-Bahá ver a ningún ser herido, ni causará él pena a nadie; porque el hombre no puede recibir mayor regalo que este, regocijar el corazón de otro. (Abdul-Bahá)